Te llames como te llames
terminarás siendo parte de un número
en una estadística mal maquillada por el gobierno.
Fuente: Infierno Federal
Se debe al viento el Señor Cometa,
al verano de cielos despejados,
a esa brisa relajante en contra de su interior,
mientras la Señora Trapecista culmina su gran función.
Se debe a la red de protección la Señora fatalista,
a la precisión de su movimiento pélvico,
a ese control en el ritmo de sus piezas,
mientras el Señor Cometa vuela alto…vuela sin certezas.
Se despojan de sus miedos al viajar entre las nubes verdes
del asombroso paisaje.
El despertador me aviso que otro lunes acido había iniciado,
alcance mis lentes en el buró con mi mano izquierda,
parpadee para limpiar mis ojos,
y pude ver el techo con claridad... aún no me había caído encima.