martes, junio 30, 2015

Claroscuro


Aura negra ondea desencanto,
del prototipo al protocolado,
ancho de ego,
pardo de duelo,
parco en el algo.


Aura blanca canta gloria,
de sonrisa a paz,
contagia besos,
sueños deseos,
olor fresco a cuello.

martes, junio 23, 2015

Crónica cínica


Mi actitud no era la más positiva, dada la situación.
Si, eso podría decirse.
En esos días estaba actuando reticentemente; cabe señalar que el momento lo ameritaba.
El mal humor y las palabras fuertes flotaban sobre el denso ambiente de la sala de reuniones; sin agua, sin un aperitivo, sin un pinchi “buenos días”.
No había iniciado aún el verano, pero ya estábamos a más de 40 grados centígrados, acababan de pasar las elecciones estatales con un resultado nada favorable para las autoridades de la institución; en general, el clima no era bueno en ningún sentido.
A mi se me recriminaba personalmente el no estar a la altura del puesto que diez meses atrás se me había otorgado, ¡pendejos! Como si ellos cumplieran con el mínimo de obligaciones que les habían asignado; en esos cargos la curva de aprendizaje se extiende por 2, 3, hasta 6 años… en el mayor número de casos ni siquiera logran aprender lo básico.
11:00 a.m. de un jueves de junio, “debía ser jueves, nunca le agarré la onda a los jueves”.
En la mesa, los aliados alineados,
para siempre;
los demás, desdibujados,
como siempre.
Repeticiones en cámara lenta, voces y miradas que cortaban la respiración,
un perrito faldero monitoreando la función, la imagen del dispositivo fallando;
todo mal, nada fluyendo a favor.
Soles de ataques constantes,
lunas de insomnios delirantes,
aceptando las carencias,
preparando la estrategia.

La oratoria resultaba incorrecta, los argumentos se invalidaban al instante, las buenas intensiones estaban de más; todo olía a sabotaje, a intereses ocultos, complot gubernamental, robo y corrupción, lo normal pues en esos casos en donde hay que justificar de cualquier forma el gasto de una partida financiada por las altas esferas de la educación.
Después de una semana de enfrentamientos sin cuartel, de mostrar las armas y entrecerrar los ojos en señal de extrañamiento y decepción; presentamos el proyecto que resumía el rumbo del departamento. No les gustó lo que veían, mucho menos lo escuchaban, mi tono de voz siempre ha sido áspero, sarcástico, ufano, de barrio; en fin, a su entender, no dimos el ancho.
Los días venideros serán una espera invariable de rechazos y contratiempos,
me he preparado para enfrentar la adversidad firme de la burocracia institucional, kilos de paciencia instrumental y ejercer el modo Ninja mientras ellos están.

martes, junio 16, 2015

Veda


Hay viandas en la mesa,
hay viento fresco atravesando la cortina,
te veo llegar firme, demostrando tu entereza,
contoneando tu aroma, con un dejo de espuma tibia,
sabiendo de antemano que irás a dormir con una sonrisa.
Un trago de tinto para un desvelo concensuado,
saboreando el libido fuego que hemos añejado,
tarde de letras, noche de pantomima,
sonorizando la coreografía montada por el deseo impetuoso;
un sollozo,
un suspiro,
tres cuartas partes de un cielo doloroso,
todas esas intensiones que hemos soñado.

martes, junio 09, 2015

Ustedes, títeres.


Especialista en la prognosis
de un país que marcha en línea recta,
un perfil aborregado que se ampara en la conforta;
y se comenta ya en la fila:
“escoge al menos peor
y cumple la cultura de doctrina”.

Cada 6 años
procesar el engaño,
es fácil inclinarse por el que haga menos daño,
pero la cruda es fuerte
nos pegan en la frente,
después ay` vamos todos a nadar contra corriente,
en un mar de tiburones y tanquetas,
difícil responde con solo dos tiros en la escopeta,
lo más común, al final del día,
es ver al hermano ensangrentado en la banqueta.

martes, junio 02, 2015

He pronosticado su nombre


La sombra que da por la noche la gárgola que está en el techo de la casa frente a la tuya, le permite aprovecharse de mi ingenuidad a ese vecino que acostumbra visitarte a las nueve en punto.
He escuchado sus pasos en el techo,
he visto que los brazos del árbol chueco se mueven repentinamente,
sin haber viento;
y tu sonríes apenitas,
y un ojo se te va por la ventana que da a la calle,
y hasta respiras con dificultad.
No digas duende,
no digas gato,
sé que es humano,
he pronosticado su nombre.