Mes a mes te lloran tus mujeres,

las que te dieron paz a montones,

las que alimentaban tus ilusiones.

Día a día se olvidan de ti tus amigos,

si es que alguna vez los tuviste…

Sueño a sueño se recrea el puente

en la añoranza que te regresa a la realidad.

Los martes, en su cenit, son una puta madre insoportable,

cortamos la comunicación para no recibir

esa llamada que nos advierta un adiós prematuro.

Pinchis martes!

Algo tiene que explotar,

el sistema,

el país,

el cerebro de un preso,

el corazón de una sombra,

el cuarto,

la broma.

Hagamos que explote con una canción,

sin una razón justificable,

con ¾ de fracción.

Inanimados los títeres,
mientras que el que mueve los hilos
se encuentra atorado
en el fructífero trafico de influencias.

En un letargo condicionado de noventa y un días
recibirán las instrucciones necesarias
para cumplir con las exigencias básicas
de su dictador favorito.

Cobrarán vida en un domingo soleado,
con un chip insertado
que los hará actuar cual animales,
aborregados.

Inanimados los títeres…

A las dos,
con el cuerpo caliente,
la intensidad en la pelvis,
y el cerebro apagado.

A las dos,
en acuarela,
uniformes,
con cautela.

Dos alas,
y un vuelo atrasado…

A las dos,
el sinsabor del adiós,
las marcas en el cuello,
y la inseguridad de volver a sentir.

A las dos,
cartón y azufre,
sufrir sin luces,
abrazar el dolor.

A las dos,
el mensaje incompleto,
dialogar sin objeto,
repetir la oración.

A las dos,
el abismo en el sueño,
la nostalgia del bueno,
trasnochar en canción.

A las dos, tres,
y que el conflicto no se agrave.