Sedantes para febrero,
de los amoríos etéreos,
fe de erratas post-costumbre
o abrazar la incertidumbre.
Chocolates perfumados para
mal resanar las grietas,
corazones adiestrados haciendo tretas;
rosas rojas para la mujer,
ostra abierta para el hombre,
dos cuerpos irresponsables que en
nueve meses más tendrán que
pensar en un bonito nombre.