martes, enero 26, 2016

Deuda


Pensando abruptamente en esa deuda infantil
abracé a tu madre
y nos aferramos a sus lagrimas para no dejarlas caer solas.
Me dijo que me amaba, pero aún así
no podía deshacerme de nuestro apalabrado,
de los intereses acumulados,
de mi congoja, de tu sonrisa burlona, del adiós…
Pagamos en tu muerte, hermano
un cajón a tu medida
flores color funeral
la iglesia menos sombría
un recuerdo más para el diario surreal.