Sabemos cuántas flores debemos enviar,
pero nunca cuantos besos en cada carta.
pero nunca cuantos besos en cada carta.
Te escribí rosas,
te dibuje entre prosas,
te acaricié cual diosa,
y aun así fallé.
te dibuje entre prosas,
te acaricié cual diosa,
y aun así fallé.
Dejé versos alejandrinos en tu cama,
escondí orquídeas amazónicas en tu alcoba,
merodeé sigilosamente tu pezón caoba,
y nada quedó en tal vez.
escondí orquídeas amazónicas en tu alcoba,
merodeé sigilosamente tu pezón caoba,
y nada quedó en tal vez.
Sabemos cuántas veces debemos dejar el orgullo,
pero nunca cuantos golpes permitir en la sien.
pero nunca cuantos golpes permitir en la sien.