De las ideas verdes
crecerá en la bruma de la esencia
un desierto en blanco y negro para mi.
Conoceré al personaje antagónico
responsable de mi insoportable
desavenencia,
y recortaré las palabras
inmerecidas por mi indecencia.
Conservaré el ritmo cardiaco suficiente
para recorrer el camino a casa de mi
pequeño anarquista,
y regalarle historias entintadas
con la gracia eterna de su abuela
paterna.
De las ideas verdes
nació un animal inadaptado,
sudoroso,
de enfermedad sensorial,
entumecedor neuronal,
daremos gracias al señor.
Perderé las facultades…